¿Cómo se crean las perlas?
La formación de las perlas es tan maravillosa como única; comienza cuando un cuerpo extraño como un parásito o una partícula se introduce por accidente en el interior del molusco y este no puede expulsarlo. En un esfuerzo por aislar y/o aliviar la molestia, el molusco reacciona iniciando una reacción defensiva segregando una sustancia cristalina, lisa y dura alrededor de susodicho cuerpo irritante, ésta sustancia es lo que conocemos como nácar. Con el paso de los años el cuerpo extraño quedará totalmente envuelto en una sedosa envoltura cristalina cuyo resultado es una brillante gema a la que llamamos perla.
¿Qué son las perlas cultivadas?
Son aquellas perlas que se producen simulando el proceso natural, es decir, se les adhiere la partícula o cuerpo extraño de forma que este no entra de forma natural en el molusco.
¿Son las perlas cultivadas perlas de imitación?
No, inducir a un molusco a la creación de una perla que es lo que se hace ‘cultivándolas’ no es lo mismo que lo conocido por perlas artificiales o de imitación que son completamente creadas por el hombre, donde ningún molusco entra en juego. Están hechas de resina u otros materiales y suelen ser de un color más amarillento e incluso tienden a amarillearse con el tiempo o ‘pelarse’. Su tamaño y perfecta redondez también pueden ser un buen indicativo de que las perlas no son naturales.
Tipos de perla
Perla australiana o de los mares del sur:
Son las más cotizadas del mundo con un precio al alza dependiente de su brillo y perfección. El cultivo de esta perla se realiza en las aguas saladas del norte de Australia, en Indonesia y en Filipinas y comprende un tiempo de entre 3 y 9 años según el molusco.
Su gama de colores varía desde el blanco al negro y pueden tener desde forma perfectamente redonda a forma barroca pudiendo variar de 9 a 28mm en tamaño.
Perla Tahití:
Cultivadas en las aguas templadas de la Polinesia francesa, puede ser de distintos colores como gris, verde, naranja, dorada, azul e incluso negra. Siendo estas últimas únicas y espectaculares. Pueden alcanzar tamaños de hasta 13 mm. Además su cultivo es relativamente corto pues conlleva tan solo 2 o 3 años.
Perla freshwater o de agua dulce:
Criadas principalmente en los ríos y lagos de China, también puede ser cultivada en Japón o Estados Unidos, aunque la producción del país asiático es muy superior. Su precio es inferior debido a que su producción es muy superior en comparación con las Tahití o australianas, con un plazo de cultivo desde seis meses a cuatro años. Cabe destacar que debido a la abundancia de este tipo de perla, la cantidad de formas que pueden adoptar son infinitas; desde perfectamente lisas a barrocas o estriadas.
Perla Akoya o Japonesa:
Cultivada en las aguas saladas del mar de Japón, es la de más difícil crecimiento por las técnicas de nucleación sintética utilizadas en ellas. No obstante se utilizan implantes de gran tamaño para reducir su tiempo de cultivo a menos de año y medio. Se caracterizan por una perfecta redondez e iridiscencia intensa con tonos desde blanco, rosa y crema; siendo las de un tamaño superior a 7mm muy difíciles de obtener con una muy buena calidad.
Perla Mabe (popularmente conocida como japonesa):
La principal diferencia de estas perlas es que crecen adheridas a la concha del molusco y no en su interior, por eso su distintiva forma de media perla. El liderazgo de producción de estas perlas reside en Japón aunque también se producen en China. Además son las perlas con un menor tiempo de cultivo pues va desde seis meses a dos años.
Factores de calidad en una perla
- LUSTRE: Combinación de brillo en superficie y brillo interno. Un indicativo de baja calidad son aquellas demasiado blancas.
- SUPERFICIE: Cuanto más limpia más valorada será, refiriéndose por limpieza a la ausencia de manchas, abultamientos o hendiduras.
- FORMA: A mayor esfericidad, mayor valor por su dificultad en encontrarlas.
- COLOR: Aspecto basado más en el gusto de la persona y de los tonos de su piel pudiéndose ser desde tonos rosados a oscuros en las perlas cultivadas.
- TAMAÑO: Medidas por su diámetro, desde inferiores a 1mm a 22mm, pueden dotar de valor a las perlas siempre y cuando vayan en conjunción con los otros factores.
Cuidado de las perlas
Las perlas naturales son un producto orgánico, de la naturaleza y su composición es de células vivas creadas por un ser vivo, lo que le proporciona color y suavidad a su oriente. Además su dureza no es tan fuerte como otras gemas, pero bien tratadas como un objeto de gran valor, pueden tener una vida duradera.
A continuación se detallan algunos consejos para su cuidado:
- Tanto cosméticos como perfumes pueden ser perjudiciales e incluso un exceso de sudor puede ser dañino, por lo que limpiar las perlas con un paño suave y humedecido con agua fría ayudará a conservarlas.
- El hilo de seda también es muy sensible a cosméticos y sudor por lo que debe ser revisado por su joyero a cualquier signo de debilidad.
- El contacto con sustancias abrasivas deteriora las perlas. No es peligroso tenerlas mezcladas con otras joyas de metales preciosos pero si es conveniente tenerlas separadas de las demás cuando estén en la misma bolsa o joyero.
- Cuando no sean utilizadas, el mejor lugar para cuidarlas y preservarlas si no se utilizan, es un joyero forrado de terciopelo o seda.